Esta tarde me acerqué a Leganes
Esta tarde a las 8 he estado en Leganés. Estuve con Rafa Simancas en un acto para hablar de sanidad. Estuve también con el alcalde, José Luis, que lleva dieciseis años y que ahora lo deja. Y con Rafael, que será el candidato en las municipales. Pero sintiéndome bien con ellos, lo que me hizo sentirme en casa fue la presencia de los extremeños y extremeñas que allí viven. Sólo en Leganés hay 20.000 de primera generación -que nacieron aquí y se tuvieron que ir- que si le sumamos familia alcanzan los 50.000. Allí estaban paisanos de Alía, de Salvaleón, de Villanueva de la Serena, de Mérida, de Bohonal de Ibor, de Peraleda de San Román, de Alconchel...
Y hablamos. Es increible como pueden saber tanto de sus pueblos y de nosotros sin vivir entre nosotros. Una chica me dio alguna clave. Ahora con internet y los móviles parece como si viviéramos en los dos sitios al mismo tiempo. Hablamos de muchas cosas. Y le encontré sentido a muchas otras. NUNCA MAS. Me apetece decirles algo después de tantos años. ¡Cómo os necesitamos! Tendríamos ahora dos millones de habitantes. Pero es muy importante para nuestro desarrollo y nuestra economía saber que estáis ahí. Que venís. Que traéis gente. Que os sentís parte.
Esta tarde me acerqué a Leganés, pero me sentí como si estuviera en casa.
3 comentarios:
Esta es una clara muestra de dos acciones que han de abordarse de un modo prioritario: la apuesta por el mundoi rural , por nuestros pueblos, ya que ellos fueron los que sufrieron fundamentalmente la sangría migratoria . La segunda cuestión es la atención a los extremeños que compartimos con otras CCAA. Es evidente que para lo primero la acción por el empleo y el compromiso por el mundo rural debe incrementarse (el esfuerzo realizado en estas décadas ha sido considerable y gracias a ello nuestros pueblos no se han cerrado, se ha ganado en calidad de vida y bienestar y han surgido multiples referentes de innovación, emprendimiento). La atención a nuestros extremeños en el exteror es la atención a unos turistas especiales, a gente que invierte, se divierte, vuelve y promoiciona Extremadura; pero también debería ser una muestra de la atención que debemos tener con otros emigrantes que llegan a España y a Extremadura.
Es evidente que tan solo desde una política de izquierda, progresista y trasformadora pueden atenderse ambas situaciones: el mundo rural como un espacio de oportunidad y un compromiso; así como la emigración como un ámbito de solidaridad y reconocimiento.
Efectivamente amigo Eduardo, comparto plenamente las afirmaciones que usted hace.
Además, esa autenticidad que como pueblo tenemos los extremeños está en los pueblos de manera muy pura, y también en esa tercera provincia que sueña desde fuera como nosotros lo hacemos desde dentro en los nuevos tiempos que necesita este territorio.
Ya lo he dicho en alguna ocasión: nuestros paisanos que viven en Madrid, Leganés, Badalona, Bilbao o cualquier otro punto, suman un gran potencial humano, pero también una oportunidad de desarrollo en la apertura de nuevos mercados con garantía de éxito en sectores como el agroalimentario, el turismo como muy bien menciona Eduardo y sobre todo en lo que tú siempre mencionas, amigo Guillermo, la autenticidad de nuestra tierra que no se compra con nada, o se tiene o no se tiene.
Nosotros, nuestra querida Extremadura es auténtica y al menos yo, esa tierra es la que quiero para mis hijos y mis nietos.
Que así sea...
Soy un extremeño que está estudiando en Leganés, en la Universidad Carlos III.
La verdad es que cuando me planteé dónde y qué estudiar, sentía la necesidad de salir de Extremadura; estaba harto de pueblo, literalmente.
Pero ahora, tras unos años fuera, mi pueblo y mi gente es lo que más echo de menos en este mundo, y no hay dia que no tenga más ganas de volver que el anterior (lo hago en vacaciones, sobre todo, pero no es suficiente).
Visto como se me plantea la vida en Madrid, la cosa está difícil; no me veo endeudado hasta las cejas para poder pagar un piso y viviendo hacinado en la ciudad, con prisas - lo lenta que sucede la vida en mi pueblo, oye, es una de las cosas que más echo de menos-. No quiero eso para mi futuro.
El desarrollo tecnológico que se está impulsando en nuestra región puede ser, y ojalá sea, una baza para mi vuelta. Esa es una de mis esperanzas.
Así pues, me gustaría que este impulso por parte de la administración no parara, porque la mezcla de lo "auténticos" que somos los extremeños, con la sociedad de la información, va a dar sus frutos. Uno de ellos espero que me permita volver a mi tierra a trabajar "de lo mio" (Estoy acabando Ing de Telecomunicaciones). Uno de mis sueños es montar una empresa, y haré todo lo posible por hacerlo en mi tierra.
Leganés | Valverde de Llerena
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Juan Ramón Martín
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